Perugorría: “Cuba va a cambiar por la voluntad de los cubanos”

El reconocido actor cubano Jorge Perugorría ha expresado su opinión sobre la inevitabilidad de los cambios en la Isla, la libertad en el arte en Cuba y sobre los jóvenes cubanos que llegaron a inocularse el virus del sida —historia recogida en el filme Boleto al paraíso, de Gerardo Chijona.

En entrevista publicada hoy en el diario español El País, el actor se refiere a la política cubana y considera que los cambios en Cuba, entre los que incluye la libertad de prensa y el acceso a Internet, son inevitables, pero que deberán producirse por la voluntad de los cubanos y no por “imposiciones” desde el exterior, aludiendo al embargo estadounidense.

“Cuba va a cambiar por la voluntad de los cubanos, no hay otro camino, no tenemos más remedio, pero nunca lo hará por imposición de otros”, declaró Perrugoría, y añadió que “La política estadounidense es del siglo pasado y eso también tiene que cambiar, porque no ha contribuido a traer la libertad a la Isla. La revolución fue producto de una juventud con ganas de cambio, no se puede negar la historia de 50 años, pero ahora hay que renovarse y reinventarse”.

Perugorría, de visita en Madrid, reconoce que ha tenido suerte de lograr en Cuba lo que muchos compatriotas pretenden conseguir cuando abandonan la Isla: vivir de su trabajo.

“He tenido la suerte de encontrar en Cuba lo que la gente sale a buscar fuera: vivir de su trabajo”, señala.

“Yo lo que soy es un currante. El arte es trabajo, es el resultado de esfuerzos y constancias”, indica y agrega que “En Cuba, el cine y el resto de las artes gozan de una libertad y una complicidad con el público que no tienen ni la televisión ni la prensa”.

El actor, que forma parte del elenco de la película Boleto al paraíso, a estrenarse este viernes en Madrid, recuerda el drama de jóvenes cubanos que escaparon de sus provincias para ejercer la prostitución en la capital de la Isla y que, en su desesperación, se contagiaron con el virus del sida, con el fin de asegurarse medios mínimos de subsistencia.

“Hubo jóvenes que se sometieron a contagiarse con el virus del sida porque sabían que serían trasladados a una clínica donde tendrían comida gratis y ropa limpia”, declaró el actor sobre estos hechos recogidos en el libro Confesiones de un médico, de Jorge Pérez, quien dirigió durante doce años el sanatorio donde eran recluidos los enfermos de sida en Cuba.

El filme Boleto al paraíso, Biznaga de Plata a la Mejor Película (Festival de Málaga), Premio Estrella de La Habana a la Mejor Película (Havana Film Festival, Nueva York), y Premio del Público (Festival de Biarritz), será exhibido hoy miércoles en Casa de América, Madrid. Tras la proyección, habrá un coloquio con el realizador Gerardo Chijona y la actriz protagonista Mirel Cejas.

Redacción CUBAENCUENTRO, Madrid | 26/10/2011

Romeo y Julieta en el siglo XXI

Por Ada Oramas

Boleto al paraíso, largometraje de Cuba, España y Venezuela, dirigido por Gerardo Chijona, es una película excelente, de una crudeza lacerante, a partir de una serie de conflictos que van entretejiendo un tejido que apresa a la protagonista y desembocan en un final trágico ocasionado por la pandemia de este siglo, el sida.

Eunice es una adolescente que comparte el hogar con su padre quien la convierte en una víctima de su acoso sexual, por lo que ella trata de llegar a casa de su hermana que vive en la provincia de Matanzas, quien también escapó de la persecución paterna.

El temor a ser atrapada por el padre, hace que la joven huya también de la casa de la hermana, conoce un a grupo de rockeros e intenta convivir con ellos, pero tampoco se adapta a sus hábitos.

Durante una parte, el largometraje se transforma en una road movie, en el cual ocurren escenas matizadas de un humor entre negro y grotesco, como la protagonizada por Alberto Pujol, un chofer con serios problemas mentales, quien conduce a los muchachos hasta La Habana a partir de un trueque inaudito con las jóvenes.

Tras aventuras ocasionadas por su convivencia con una de las muchachas de la pandilla que le exige ejercer la prostitución como medio de vida, la muchachita se entera que Alejandro está hospitalizado por padecer de sida y, en una escena de alta tragicidad, conmovedora por la dimensión de su sacrificio, hacen el amor en lo alto del sanatorio.

El vuelo poético que adquiere este suicidio a largo plazo, casi shakesperiano, constituye uno de los momentos de mayor impacto dramático del filme, consagratorio para los dos jóvenes actores, Delia Cejas como Eunice y Héctor Medina, como Alejandro.

Aunque se trata de una ficción, resulta inexplicable que esa muchachita no haya contado con la ayuda de nadie para salir de ese abismo, incluso viviendo en un basurero. El papel de la maestra, que intentó ayudarla, en un principio, no posee valor pues aquella mostraba un interés mayor por el padre que por su alumna, lo cual queda reiterado en sus acercamientos al progenitor de la adolescente.

La película, desde el punto de vista dramatúrgico está muy bien lograda, el nivel actoral es de una calidad suprema, al igual que la fotografía y la banda sonora. La atención en el sanatorio, tanto desde el punto de vista médico como humano constituye la contrapartida de esa indefensión de la protagonista, a quien nadie fue capaz de tenderle una mano solidaria, para sacarla del laberinto en el cual nunca encontró la salida.

Tribuna de La Habana
La Habana, Cuba
Diciembre 12, 2010

Boleto al Paraíso

Por Rolando Pérez Betancourt

De los abusos sexuales de un padre a su joven hija, de marginales en un frenesí de alucinógenos que no dejan ver ni rumbos ni propósitos, y de un final coronado por el VIH, compone Gerardo Chijona su último filme, Boleto al paraíso, inspirado en hechos reales, y hay que recalcar esto último porque habrá un momento en que al espectador le cueste creer lo que está viendo, pero, en esencia, el asunto fue así.

Giro contundente el de la trama a mitad del metraje, cuando el director tiene a la audiencia en un puño con su (casi) tragicómica historia de la hija ultrajada que pone pies en polvorosa y se une a tres frikis de provincia, dispuestos a escapar a una capital que les resulta tan lejana como esperanzadora. Hasta ese momento el dinamismo de la trama, el desempeño de los actores y el don indiscutible de Chijona para tejer situaciones humorísticas perfectamente encajadas en los conflictos más angustiosos, no admiten reparos.

Entonces llega un cambio de registro dramático cuando uno de los jóvenes (el más aplastado por la vida, se nos ha hecho ver) les propone a sus amigos dejarse contagiar por el virus del sida, lo que les posibilitaría llevar una vida muelle en el sanatorio adonde van a parar los enfermos.

Los hechos tienen lugar en el año 1993, en plena cresta del llamado período especial, pero el cuadro que se recrea no es lo suficientemente sugerente como para subrayar los desconciertos económicos, materiales y espirituales presentes en el país tras el derrumbe del campo socialista. En relación con los protagonistas, la presión que los impulsa al acto suicida se reduce, en gran medida, al rigor policíaco de que son objeto para evitar que se consuma droga en los conciertos de rock donde participan.

Una asepsia en la recreación del tejido social y en la complejidad existencial de los jóvenes marginales, que le resta fuerza a la resolución de esos espíritus salvajes de renunciar al libre albedrío para refugiarse en un sanatorio donde, aseguran con una ingenuidad estremecedora (que estuvo presente en el hecho real), piensan pasarla de maravilla.

Historia impactante, sin duda, la de Boleto al paraíso, respaldada por la muchacha provinciana que, huérfana de afectos, encuentra en uno de los jóvenes descarriados un sentimiento sincero que la hace madurar, y hasta jugar una partida de amor con la muerte.

El desenlace, incluyendo la escena del tejado, no pocas veces vista, y el posterior lance pasional, se lo juegan todo a la historia de amor que se pretende plasmar con una rotundez decisiva para coronar por lo alto lo que hemos estado viendo. Pero aunque perfectamente creíble como crónica de los hechos, a ese cierre le falta, en su composición visual y dramática, el extra artístico que hubiera hecho de Boleto al paraíso una película más crecida.

Granma Digital
La Habana, Cuba
Diciembre 9,  2010

Boleto al paraíso, filme cubano en el Festival de Cine de La Habana

Por Elizabeth López Corzo

Lo que casi todo el mundo sabía sobre la más reciente película del realizador cubano Gerardo Chijona es que se inspiraba en el libro Sida: Confesiones a un médico, donde el doctor Jorge Pérez del IPK, relataba las historias de los enfermos de sida que él mismo trató.

Quizás el tema -que ha sido poco abordado desde el audiovisual de nuestro país- fue la principal motivación para que el público colmara la sala en este 32 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano; aunque, claro, se trata de un filme cubano y eso siempre atrae a mucha gente.

A mí me había llamado mucho la atención -por la imagen del cartel- que, aunque en el reparto hay grandes actores como Luis Alberto García, Blanca Rosa Blanco, Rafael Lahera o Enrique Molina, los protagónicos recayeran en intérpretes muy jóvenes, que hay que decir que lo hicieron muy bien. Ese es uno de los principales valores del filme pues -excepto la película de Fernando Pérez sobre José Martí, que también tuvo interpretaciones excelentes- no recuerdo otra cinta en los últimos años que se arriesgara tanto con sus personajes.

Todos se lucieron, cada uno fluyó como si realmente se tratara de sus propias vidas, como si ya hubieran estado en esas circunstancias. En especial Miriel Cejas (la Lisanka de Daniel Díaz Torres) fue estelar. No hizo falta que hablara en las primeras escenas y sólo con la mirada podíamos adivinar la vida infeliz que llevaba. En la última secuencia del filme se desdobló: su imagen solitaria en el plano y su vista fija a la cámara -hacia nosotros- mientras lloraba en silencio fueron su “consagración”.

Volviendo a la trama, lo otro que me parecía intrigante era el título, que pensé que se trataba de un juego de palabras: Boleto al paraíso, ¿cuál paraíso?, si me van a hablar de una enfermedad incurable. Apuesto a que casi todos fuimos al cine creyendo que se trataba de una película sobre el sida, que lo es, pero además es una historia sobre la amistad, la familia, la concepción de la vida y la búsqueda de una felicidad que se desvanece.

Boleto al paraíso es una película desgarradora, cuenta una faceta diferente de ese flagelo, al que todos evitan y al que sin embargo estos jóvenes se entregaron por ignorancia, por inmadurez, por rebeldía y, pudiéramos decir, que hasta por amor, en una época tan dura como los años noventa en Cuba, cuando muchos aún no sabían ni qué significaban esas siglas.

La película de Chijona es triste, no podía ser de otra forma, pero es hermosa y creo que es un acierto dentro del panorama del cine cubano contemporáneo.

Cubasí
La Habana, Cuba.
Diciembre 7, 2010

Boleto al Paraíso

Sinopsis

Cuba, 1993. Eunice, adolescente huérfana de madre, quiere alejarse del acoso sexual de su padre y escapa de casa, en busca de su hermana que vive en un pueblo cercano a la capital. Alejandro, un joven rockero, está cansado de ser discriminado por la sociedad, y, luego de robar una farmacia, parte con un par de amigos hacia La Habana donde les aguarda una extraña promesa de libertad. El azar cruza los destinos de ambos jóvenes y juntos deciden salir en busca de un paraíso, quizás real.

Argumento

Cuba, 1993. En un pueblo del interior EUNICE (16), una hermosa joven huérfana de madre, vive sola con su padre ARMANDO (45), obrero de una fábrica local y aparente modelo de ciudadano. Nadie sospecha que Armando mantiene relaciones sexuales con su hija desde la muerte de la madre.

Eunice decide huir de casa y roba dinero a una compañera de aula; es descubierta y reprendida por su maestra. Al ser informado del incidente, Armando decide “perdonar” a Eunice y continuar prodigándole caricias en las noches.

En un pueblo cercano, ALEJANDRO (18), FITO (17) y LIDIA (18), un grupo de frikis roqueros roba una farmacia llevándose una gran cantidad de psicofármacos. Con su venta planean pagarse un viaje a La Habana para asistir un concierto de rock.

La policía investiga el robo y Alejandro decide que tienen que salir cuanto antes del pueblo. Según sus planes, todos los problemas del grupo encontrarán solución en La Habana.

Eunice busca otras maneras de huir e intenta conseguir la ayuda de su maestra, pero ésta confunde su angustia con incomprensión juvenil e inmadurez y no le presta atención.

Esa noche, Armando llega borracho del trabajo e intenta violarla nuevamente. En medio del forcejeo, Eunice hiere a su padre y escapa. Su viaje la lleva hasta Santa Clara, una ciudad cercana, donde pernocta en el banco de un parque.

Alejandro, Fito y Lidia llegan al mismo parque. Alejandro se fija en la belleza de Eunice y quiere conversar con ella. Pero es interrumpido por su tío que viene siguiéndolo desde el pueblo; luego de un breve altercado con éste, el muchacho y Eunice hablan por primera vez. Ella le cuenta que va a Matanzas a encontrarse con su hermana. Él le ofrece la compañía del grupo y Eunice acepta.

Eunice comienza a sentirse atraída por Alejandro, que le cuenta de su pasión por la música rock y la sorprende con sus actitudes rebeldes. En la carretera deciden separarse para continuar cada uno por su lado, pero la repentina aparición del padre hace que ella siga viaje con ellos hacia La Habana.

Durante el viaje su relación se hace cada vez más íntima. Un altercado con unos delincuentes provoca que los frikis pierdan sus mochilas, y con ellas los psicofármacos. La policía interviene. Todos terminan apresados, y aunque se les amonesta duramente y pasan un buen susto, los dejan ir.

Sin dinero el grupo no tiene cómo proseguir viaje. Conocen entonces a un extraño chofer de taxi que les ofrece canjear el viaje por una escena de exhibicionismo y masturbación. Eunice y Lidia no tienen otro remedio que prestar “servicios” a la causa común, para continuar viaje. A su llegada a Matanzas la despedida entre Eunice y Alejandro es emotiva. Eunice va hacia la casa de Ruth, pero al llegar descubre que el padre la está esperando para llevarla de vuelta al pueblo. La joven aprovecha una discusión entre su hermana y su padre y escapa nuevamente, ahora en dirección a La Habana.

La capital la apabulla e intenta reencontrarse con los frikis desesperadamente. Después de varias vueltas se produce el reencuentro en el concierto de rock. Alejandro la recibe feliz y la introduce en su mundo. El grupo ha crecido con una friki local, YUSMARY (19), que rápidamente hace migas con Eunice.

En la noche, mientras el resto del grupo se entrega a una orgía sexual, Alejandro y Eunice se disponen a hacer el amor. Pero los recuerdos del padre se lo impiden. Se siente incapaz de ofrecer una explicación, y Alejandro, comprensivo, tampoco se la pide.

Alejandro intenta que Eunice se integre cada vez más al grupo: la “bautiza” como friki y ayuda a que le cambien el aspecto de “guajira”. Ella acepta los cambios, feliz de experimentar la libertad por primera vez en su vida.

Por la ciudad corren rumores de que la policía persigue a los frikis para encerrarlos en campamentos de trabajo. El grupo logra escapar a duras penas de una redada. La inseguridad y el temor comienza a sentirse en el ambiente, y Alejandro decide poner en práctica el plan que él y Fito vienen proyectando desde un tiempo atrás, y que sólo conocen ellos. La llegada de MILENA (17,) una joven cautivadora y extraña, precipita el curso de los acontecimientos, y despierta los celos de Eunice.

El plan consiste en infectarse del virus VIH. Existe un sanatorio para los que padecen la enfermedad. Milena, infectada con el virus, vive allí y cuenta que hay buena comida, seguridades y comodidades de todo tipo, atención médica, además de que ya investigan la cura para la enfermedad. Alejandro está convencido de que el retiro en el sanatorio es la solución a sus problemas y la única forma de mantener la unidad del grupo. Lidia, enterada del plan decide incorporarse a él. Yusmary, escandalizada, se retira. Eunice, entre celosa de Milena y asustada, se marcha decepcionada por no haber encontrado en Alejandro una salida a su triste vida. Esa misma noche celebran una orgía sexual con psicofármacos en la que Milena se entrega voluntariamente a los frikis. Hacen el amor con ella y entre sí, buscando contraer la enfermedad.

Al cabo del tiempo y después de varios exámenes médicos, el único contagiado es Alejandro. Luego de la euforia inicial, Lidia y Fito deciden no volver a tentar la suerte y regresan al pueblo, abandonando a Alejandro que es internado en el sanatorio. Eunice se siente culpable por haber dejado solo a Alejandro y decide esperarlo. Le  pide ayuda a Yusmary para que la albergue en su casa.

En el sanatorio, Alejandro conoce el rostro poco amigable de la muerte. La aparente libertad de su encierro va desmitificándose. Sufre el mismo desprecio por su apariencia y gustos. Luego de una pelea con otros internos, intenta escapar, pero fracasa y es llevado ante RENSOLI (40), el director. Este le explica los términos de su estadía en el lugar. Alejandro quiere saber de Milena y Rensoli lo lleva a verla. La joven agoniza en una sala de cuidados intensivos.

Yusmary obliga a Eunice a pagar la estadía en su casa y la introduce en el mundo de la prostitución habanera, del que ella forma parte. Eunice no tiene otro lugar a donde ir y acepta la imposición, pero apenas sale a la calle en busca de clientes es detenida por la policía.

En la comisaría, Eunice descubre que ha sido reportada por su familia como «desaparecida». Una prostituta también detenida se compadece de ella y le ayuda escaparse. Ya libre, decide reunirse con Alejandro. Cuando llega al sanatorio encuentra que éste, agobiado por las consecuencias de su decisión está a punto de suicidarse, no ve otra salida. La llegada de Eunice le hace desistir. Hacen el amor por primera vez en la cima de una torre y Eunice se contagia. Ambos comienzan a vivir juntos en el sanatorio.

Dos años más tarde Alejandro muere. Eunice, embarazada de un hijo suyo decide dar a luz, pese a los riesgos de la enfermedad.

Ficha Técnica

Cuba-España-Venezuela, 2010

Dirección Gerardo Chijona
Productoras ICAIC (Cuba), Malas Compañías (España), Fundación Villa del Cine (Venezuela)
Productores Camilo Vives, Isabel Prendes (Cuba), Antonio Hens (España)
Productores asociados Francisco Lomeña, Julio Gutiérrez
Guión Francisco García, Gerardo Chijona, Maykel Rodríguez. Inspirados en el libro SIDA: Confesiones a un médico, del doctor Jorge Pérez
Fotografía Raúl Pérez Ureta
Cámara Julio Simoneau
Dirección de arte Lorenzo Urbiztondo
Vestuario Roberto Ramos
Maquillaje Magdalena Álvarez, Nereyda Sánchez
Sonido directo Valeria Mancheva
Diseño de sonido Osmani Olivare
Edición Miriam Talavera
Música original Edesio Alejandro

Dirección de producción Evelio Delgado
Jefe de producción Denis Valle
Producción de avanzada Rubén Carreño
Directora asistente Tania Ceballos
Dirección de casting Libia Batista
Asistentes de dirección Ernesto Sánchez, Isabel Echemendía, Ivette Delgado
Coach de actores Carlos Díaz

Asesor médico Jorge Pérez
Asesora del CENESEX Mariela Castro

Datos técnicos

Color
Formato original HDCam (16:9)
Formatos de proyección 35mm (1:1,85) & HDCam (1:1,76)
Sonido Dolby SRB
Duración 88’
Metros 2,745
Idioma original Castellano

Ficha artística

Eunice Miriel Cejas
Alejandro Héctor Medina
Lidia Dunia Matos
Yusmary Saray Vargas
Armando Luis Alberto García
Fito Fabián Mora
Taxista Alberto Pujol
Milena Ariadna Muñoz
Alicia Blanca Rosa Blanco
Rensoli Jorge Perugorría

Festivales y Premios

Estreno Mundial. Selección Oficial

Sundance Film Festival 2011 (World Cinema Dramatic)

Premios

Premio a la Mejor Película
Festival de Cine de Málaga (Territorio Latinoamericano)
España 2011

Premio al Mejor Actor (Héctor Medina)
Festival Ibero-Americano de Cinema e Vídeo
Fortaleza, Ceará, Brasil 2011

Premio Estrella de La Habana a la Mejor Película
Havana Film Festival New York
Estados Unidos, 2011

Premio del Público
Festival Biarritz Amérique Latine. Cinémas & Cultures
Francia, 2011

Festivales

Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana
Cuba, 2011 (Sección Oficial)

Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Sección Oficial)
Colombia, 2011

Los Angeles Latino International Film Festival
Estados Unidos, 2011

Festival de Cine de Lima (Sección Oficial)
Perú, 2011

Festival des Films du Monde (Focus on World Cinema)
Montreal, Canadá, 2011

Festival Internacional de Cine de Chicago
Estados Unidos, 2011

I’ve Seen Films – International Film Festival
Milán, Italia 2011

Festival de Cine de Bogotá (Sección Oficial)
Colombia, 2011

Festival Internacional do Rio de Janeiro (Sección Oficial)
Brasil 2011

Festival Internacional de Cine de Mar del Plata
Argentina, 2011

Nota del director

La película es la crónica del viaje físico y espiritual de Eunice, la protagonista.
Un viaje físico, que se inicia en su pequeño pueblo del interior de Cuba, continúa en la carretera hasta la ciudad de La Habana y termina en un sanatorio para enfermos de SIDA.

Un viaje espiritual hacia la madurez, que va de adolescente violada por su padre, pasando por su integración a un grupo de muchachos que hacen una vida marginal donde conoce el amor, hasta convertirse en joven infectada con el VIH, que decide tener un hijo a cualquier precio.

El arco dramático que recorre la protagonista tiene una atmósfera visual característica en cada uno de los tres actos del guión, de acuerdo al paisaje físico y, sobre todo, a su estado espiritual.

Un boleto al corazón

Por Susadny González Rodríguez

El director de Adorables mentiras (1991) y Un paraíso bajo las estrellas (1999) vuelve de nuevo al ruedo cinematográfico.

Luego de seis años en un proyecto que se frustró, Gerardo Chijona sólo desea mirar hacia delante y lo hace con la conmovedora película Boleto al paraíso, estrenada en el XXXII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Es un largometraje de ficción que el realizador mantuvo todo el tiempo bajo la manga “para no despertar ni expectativas ni suspicacias”, quizás por ello se disculpa con toda la prensa.

“Adopté la táctica de no adelantar nada hasta terminar”, pues más allá de lo supersticioso que se sabe, considera este “un tema complejo y susceptible”.

Licenciado en Lengua y Literatura Inglesas en la Universidad de La Habana se inició en el mundo del cine como crítico, y según me confiesa, en aquel entonces “tenía la misma visión que poseen algunas personas hoy de los filmes cubanos: acaban con ellos”.

En esa época en Cuba no había escuela de cine, y empezó, de forma autodidacta, de asistente de dirección. Trabajó con Pastor Vega en Retrato de Teresa (1979), y con cineastas de la talla de Tomás Gutiérrez Alea (Titón) y Humberto Solás, en una etapa de formación, durante la cual aprendió “algo que jamás olvida: lo que no se debe hacer”.

Realizó incursiones en el mundo del documental con Una vida para dos (1984) o Kid Chocolote (1987).

“Fui feliz haciendo documentales de testimonio, me involucraba mucho con los personajes. Siempre digo que ésa fue mi escuela en la dirección de actores”.

No en balde a este género, que le sirvió de trampolín para aterrizar en la ficción, le debe innumerables premios.

“Aunque no estoy cerrado a nada, siempre dije que era ave de paso en el documental, y a la primera oportunidad presenté el proyecto de Adorables mentiras”.

Antes del inicio de la preproducción, Chijona fue invitado por Robert Redford al Sundance Institute, en el cual recibió talleres bajo la tutela de escritores como Matthew Robbins, Walter Bernstein y de directores como Sydney Pollack y Oliver Stone.

Su paso por allí le hizo entender que “cuando uno escribe sólo debe tomar en cuenta las necesidades dramáticas de los personajes, no las políticas, morales, éticas, ni religiosas, porque si no la película puede tener éxito, pero va a morir pronto”.

A sus sesenta años de edad, y avalado por una obra que incluye comedias, dramas y melodramas, nos regala esta “historia de amor con un final trágico”, según la califica, que se adentra en la complicidad de un tema tan universal como el sida.

La trama que se traduce al celuloide transcurre en tres días. Un grupo de jóvenes marginados y sin rumbo en la vida se encuentran, llegan a La Habana y toman la decisión de infectarse con el VIH. El argumento está basado en hechos reales, recogidos en el libro SIDA:  Confesiones a un médico, del científico Jorge Pérez, quien fuera subdirector del Instituto de Medicina Tropical (IPK) de La Habana, y dirigió por muchos años el sanatorio Los Cocos, destinado a enfermos del virus letal.

¿Por qué este tema?
Durante un viaje que hice a San Francisco conocí a Jorge y ahí nos hicimos amigos.

Me dio el manuscrito para que lo leyera en calidad de editor. Cuando revisé esas historias desgarradoras, trágicas, me di cuenta que cabían varias películas. Lo más difícil fue decidir cuáles tomar. Al final opté por la de unos frikis y la de una muchacha a quien su padre violó e infectó.

¿Qué requisitos debe tener un guión para que lo seduzca? Hábleme de éste específicamente (fue escrito junto a Francisco García y Maykel Rodríguez).
Siempre digo que las historias me buscan. Todos los proyectos me han caído del cielo, aunque he tenido abiertas las orejas para estar atento a lo que me interesa. Para éste, investigué mucho porque era un neófito en el tema. Nunca me había metido en su complejidad, ni en esa época del periodo especial, tan convulso en Cuba. Me gusta escribir sin una camisa de fuerza. Llega el momento en que los personajes empiezan a independizarse, y a pedirte cosas. Exploras caminos increíbles. Lo más difícil fue parcelar las historias y decidir quiénes iban a ser los protagonistas, y quiénes los iban a acompañar. Nos demoramos más de la cuenta escribiendo el argumento. Definimos el primer acto y el segundo, el último no estaba muy claro, hicimos muchas versiones.

Se arriesgó con un elenco de jóvenes recién graduados y en contraposición a ello convocó a más de treinta experimentados actores, ¿por qué?
Soy muy vago. Me gusta escribir personajes con nombre y apellidos, es lo que hice en mis tres primeras películas. Tengo mis actores fetiches. Como la película es episódica hay muchos personajes que entran y salen, por eso hablé con mis amigos, aunque todos son personajes pequeños, tienen gran peso en la trama.

Para escoger a los protagonistas convoqué a un casting de alrededor de doscientos muchachos, que duró casi un año. Aprendí con Titón a hacer pruebas a los actores sin decirles nada, para ver las propuestas con las que ellos vienen. Lo único que sabía era lo que no quería. Y resulta que ninguna de las escenas del casting está en la película. Debo decir que quedaron fuera actores con grandes posibilidades.

¿Exactamente qué le interesa transmitir con Boleto al paraíso?
Traté de reflejar lo que pasó en la vida real: una combinación letal de inocencia, inexperiencia, ignorancia y la represión de una sociedad, donde la única salvación (de estos jóvenes) era refugiarse en un sanatorio, sin pensar que ése era el camino de la muerte. Aquí no hay tiempo para hacer discursos. Sería una locura que esos muchachos empiecen a decir frases trascendentes. Detesto el cine que me da la clase del día.

Quise contar una historia y que el público disfrute, porque el cine también es espectáculo, por muy desgarrador que sea. Desearía que esta película se la llevaran en los corazones para la casa. Y que el espectador la terminara. Cuando uno acaba la película es de los demás, cada cual hace la lectura que quiere y uno se alegra si hay diversidad. Nos hace mucha falta ese debate.

Dicen que todo crítico cuestiona de acuerdo a la película que quisiera ver. ¿Su condición de crítico entra en contradicción con la de director?
Trato de hacer la película que me gustaría ver como espectador en una sala de cine. Como crítico de cine mantengo esa cosa de ser implacable conmigo mismo. Cuando concluyo un filme ya no me gusta verlo, porque sólo noto dónde me equivoqué. También uno tiene que tener cierto rigor con el trabajo.

¿Se siente satisfecho con el resultado de Boleto…?
Hice la película que quería hacer.

cubanow.net  (Revista digital de arte y cultura)
La Habana, Cuba
Diciembre 17, 2010

Esther en alguna parte

Largometraje de ficción
Año: 2012
Duración: 95 min.

FICHA TÉCNICA

Dirección: Gerardo Chijona
Guión: Eduardo Eimil
Fotografía: Rafael Solís
Música: José María Vitier
Edición: Miriam Talavera
Sonido: Jorge Luis Chijona
Dirección de arte: Nanette García, Lorenzo Enrique Urbistondo,
Producción ejecutiva: Camilo Vives, Susana Molina, Francisco Adrianzén

ELENCO

Reinaldo Miravalles, Enrique Molina, Daisy Granados, Verónica Lynn, Elsa Camp, Alicia Bustamante, Paula Alí, Eslinda Núñez, Laura de la Uz, Luis Alberto García, Héctor Medina, Danae Hernández, Kevin Kovayashi.

ARGUMENTO

Lino Catalá es un anciano serio y formal de setenta y tantos años que sufre de incontinencia urinaria. Vive con su sobrina Ofelia, un ama de casa demasiado ocupada con las labores domésticas, su esposo, el Teniente Chang, un meticuloso policía, y el hijo de ambos, Totó, un niño síndrome de Down.

Al cumplirse un año de la muerte de su esposa Maruja, Lino conoce en el cementerio a Larry, un anciano estrafalario que dice tener múltiples personalidades: Abdul Simbel, naviero libanés, Pierre Merimé, acuarelista francés, Eduardo Sampedro, ginecólogo y Elizabeth Bruhl, seductora mujer de ascendencia belga. Larry le cuenta a Lino que su esposa Maruja fue una importante cantante de boleros que llevó una doble vida durante todo su matrimonio. En un principio Lino no le cree, pero Larry le muestra pruebas que evidencian que dice la verdad.

A partir de este momento Lino, siempre con la ayuda de Larry, emprende una búsqueda minuciosa en el pasado secreto de su difunta esposa. Una tras otra visitan a distintas mujeres, ya ancianas, que de alguna manera estuvieron relacionadas con la vida oculta de Maruja, las cuales van develando ante Lino una imagen de su esposa muy distinta de la que él conoció. Es así que se encuentran con Elenita Ruiz, una famosa vedette y popular estrella de televisión; Rafaela Tomey, una pianista acompañante que vive rodeada de gatos; Julieta Cañizares, una extrovertida maquillista que vende favores sexuales; Mercedes Betancourt (“Huesito”), una vestuarista de sobrecogedora intensidad; y Rosa Rosales, una misteriosa señora de carácter fuerte.

Al tiempo que intenta descubrir la verdad acerca de su mujer, Lino decide, a cambio de la ayuda que Larry le brinda, ayudarlo a encontrar a Esther Rodenas, su primer amor, cuyo rastro perdió hace muchos años. Mientras siguen, cada uno a su forma, el rastro de las mujeres a las que amaron, surge entre ambos una accidentada amistad que los transforma de manera definitiva y que les demuestra que la vida no termina en la vejez.

Guión de Eduardo Eimil Mederos, basado en la novela homónima Esther en alguna parte de Eliseo Alberto Lichi Diego.

Perfecto amor equivocado

Largometraje de ficción
Año: 2004

Una coproducción del ICAIC (Cuba), Wanda Vision y Fénix P.C. (España)

Ficha Técnica

Guión: Gerardo Chijona y Eduardo del Llano
Dirección: Gerardo Chijona
Producción General: Evelio Delgado (Cuba), Miguel Morales (España)
Dirección de Fotografía: Raúl Pérez Ureta
Montaje: Rori Sáinz de Rosas (España)
Música Original: Edesio Alejandro
Canciones: Yotuel Romero – Orishas
Primer asistente: Lourdes Prieto
Diseñador de arte: Lorenzo Urbistondo
Director de Sonido: Carlos Faruolo (España)
Operador de Sonido: Carlos Armando Fernández
Maquillaje: Magaly Pompa Batista
Diseñador escenográfica: Nanette Vale
Vestuarista: Elvia Rondón Araujo
Peluquería: Francisco Aguiar
Jefe de Producción: Ana Laura Díaz (España)
Asistente de Producción: Carmen Rosa Durán Martínez
Microfonista: Jorge Luis Chijona
Mezclas de Sonido: EXA (España)
Mezclas de la Música: EUROSONIC (España)
Laboratorio de Imagen: IMAGE FILM (España)

Elenco

Luis Alberto García
Susana Pérez
Beatriz Valdés
Sheila Roche
Mónica Alonso
Mijail Mulkay
Jorge Alí
Sancho Gracia
Yotuel
Samuel Claxton
Herón Vega
Paula Alí

Sinopsis

Julio del Toro, escritor de éxito bordeando los cincuenta, ha tenido siempre bajo su control a su esposa Miriam, su hija Milly, su amante Silvia y, por supuesto, su carrera profesional… hasta el día que, de regreso de uno de sus frecuentes viajes al extranjero, verá caer en crisis este mundo tranquilizador y coherente: su hija ha comenzado una relación sentimental con un español mayor que él; su amante le plantea un serio ultimatum; una joven periodista comienza a preparar un reportaje sobre su obra, lo que le enfrenta al problema de si no es ya un creador acabado.
Entonces aflorará el verdadero problema del artista: su incapacidad para tomar decisiones, para adaptarse a nuevos contextos, su inseguridad respecto a su propia vida.
Al tiempo que Julio se siente cada vez más confuso y desorientado, las mujeres a su alrededor tomarán las decisiones que él no es capaz de asumir, y llevarán sus vidas, y la del escritor, por caminos insospechados.

 

Un paraíso bajo las estrellas

Largometraje de ficción
Año: 1999
Duración: 90′
Productora: ICAIC (Cuba); Wanda Visión; TVE S.A., Programa Ibermedia; I.C.A.A. (España)

Ficha Técnica

Guión: Gerardo Chijona y Luis Agüero con la colaboración de Senel Paz
Dirección: Gerardo Chijona
Producción General: Camilo Vives y José María Morales
Dirección de Fotografía: Raúl Pérez Ureta
Montaje o Edición: Rory Saínz de Rozajz
Música Original: José María Vitier
Sonido: Carlos Fernández y Carlos Faruolo

Elenco

Thais Valdés
Vladimir Cruz
Enrique Molina
Daisy Granados
José Manuel «Litico» Rodríguez

Sinopsis

Comedia de enredos que parodia códigos y temas clásicos de la telenovela latinoamericana como la identidad perdida, el destino trágico, el incesto y el amor amenazado. El título del film responde al tema de Tropicana, uno de los más famosos cabarets del mundo, donde tiene lugar gran parte de la acción.

Adorables mentiras

Largometraje de ficción
Año: 1991
Duración: 108′
Productora: ICAIC (Cuba); TVE S.A. (España)

Ficha Técnica

Guión: Senel Paz
Dirección: Gerardo Chijona
Producción General: Evelio Delgado
Dirección de Fotografía: Julio Valdés
Montaje o Edición: Jorge Abello
Música Original: Edesio Alejandro, Gerardo García
Sonido: Carlos Fernández

Elenco

Isabel Santos
Luis Alberto García
Mirta Ibarra
Thais Valdés
Miguel Gutiérrez
Jorge Cao
Alicia Bustamante
Ernesto Tapia
Rogelio Meneses
Laura Chijona
Adela Legrá

Sinopsis

Jorge Luis, un joven con aspiraciones de convertirse en guionista y director de cine, se deslumbra al conocer a la bella Sissy en la premier de una película. Momentos antes el director del filme le ha pedido trabajar una de sus historias. Para impresionar a Sissy, se presenta como un director que busca a una actriz no profesional. Se inicia así una relación en la que ambos se presentan no como son sino como quieren ser.

 

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